Cuando el colegiado Fernández Borlaban, dio
por finalizado el encuentro disputado por el F.C.Barcelona y el Athletic Club de
Bilbao, que el primero ganó con autoridad 3-0, adjudicándose el trofeo del rey,
la afici+on catalana, dio lógica rienda suelta a su alegría, exteriorizando su ánimo,
con brazos al cielo, puños cerrados, enseñando sus colores y ondeando sus
banderas al viento, por el contrario, los seguidores vascos, asumieron la dura
derrota con llantos generalizados, hombres, mujeres y niños, al unisonó,
mostraron su frustración, caras desencajadas, algunos tapados con sus bufandas
partidarias, miradas pérdidas, buscando alguna explicación donde no la había
seguramente, sin asimilar la pérdida de un partido y otra final en un mes, está
en el ámbito domestico, la anterior en el plano internacional, siendo sin duda
llamativo el mencionado comportamiento, fruto tal vez de un excesivo entusiasmo
clubista, regional, pero elocuente en cuanto a la complejidad del ser humano.
En el
plano estrictamente, deportivo, diremos que no existía en lo previo, ninguna
duda sobre el favoritismo del club catalán, mejor plantel, experiencia, calidad,
ambición, a lo que aún se debían agregar incentivos como la despedida de su
técnico, y un hecho a mi juicio muy importante, el tiempo de descanso con que
contaron, lo que permitió recuperar a varios elementos, cansados unos, lesionados otros.
En la grama solo conto el barca, de principio
a fin, arrolló al rival, desarrollando su juego habitual, velocidad, toque,
precisión, agregando si todo fuera poco, la inspiración de varias de sus
estrellas, con el corolario esperado de un score contundente, que pudo ser más
copioso aun de no mediar algunas incidencias fortuitas, pero que en definitiva
marcaron a un justo y claro campeón.,, mientras que el rival se vio superado,
en ningún momento se encontró a sí mismo, variando su juego, buscando contrarrestar
el mejor juego de su adversario, apelando en algunos pasajes del juego, a la
brusquedad como método defensivo, pero nada resultó y el Barcelona siguió su
camino a la victoria, que finalmente alcanzó con comodidad, coronándose por cuarta vez en la etapa de Josep
Guardiola como el mejor equipo, y a su
vez le brindaron a su entrenador la mejor despedida posible, con un trofeo que
lo acredita campeón de la copa de su
majestad el rey en el año 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario